También conocida como Tortilla Española, puede encontrarse en cualquier lugar de la geografía de España: en plato, en pincho o en bocadillo. Existe la leyenda de que esta receta se originó en Navarra durante la Primera Guerra Carlista, pero estudios del CSIC, llevados a cabo por Javier López Linaje, sitúan su origen en el siglo XVIII en un pueblo de Extremadura: Villanueva de la Serena.
Sea cual fuere su origen, lo cierto es que podemos encontrar, no sólo la receta básica hecha a base de huevo y patata, sino también diferentes variantes dependiendo de la zona o de los gustos locales. En Madrid, por ejemplo, se sirven las tortillas bravas (con una salsa picante).
Es frecuente encontrarla también con cebolla, pimiento verde, chorizo (a la que se denomina "tortilla paisana" si además le añadimos pimiento rojo y guisantes).
Si queréis, también podéis ver cómo hacer esta receta (con o sin cebolla) con thermomix.
Aquí os traemos la receta de la tortilla con el añadido de la cebolla:
- 4 huevos grandes.
- 5 patatas medianas.
- 1 cebolla.
- Aceite de oliva.
- Sal al gusto.
Procedimiento
Primero pelaremos y lavaremos las patatas y la cebolla y las cortaremos más bien en láminas, aunque pueden cortarse en trozos o cuadraditos, pero consideramos que así se cuecen antes.
Ponemos abundante aceite a calentar en una sartén honda y cuando el aceite esté caliente, echamos las patatas y la cebolla y bajamos el fuego a fuego medio y tapamos la sartén. El fuego no debe ser muy fuerte, ya que las patatas no deben freírse, sino cocerse en el aceite. De vez en cuando, les daremos vueltas con una espumadera mientras las rompemos. Cuando ya estén hechas, las sacamos de la sartén y las escurrimos de aceite.
Aparte, en otro recipiente, batimos los huevos con una pizca de sal. Incorporamos las patatas y la cebolla lo dejamos reposar unos 10 minutos para que las patatas se empapen bien. Si se quiere que salga más esponjosa, se puede añadir un chorrito de leche al huevo (antes de mezclarlo con las patatas).
En una sartén diferente a la primera, ponemos un poco de aceite en la base y cuando empiece a estar caliente, echamos la mezcla y la repartimos bien por toda la sartén. Es importante utilizar una sartén diferente de la primera ¿por qué? La primera está demasiado caliente para echar el huevo, si lo hacemos, el huevo se cuajará en seguida y daremos la vuelta a la tortilla pensando en que ya está hecha por ese lado, quedándonos en realidad cruda por dentro. Si utilizamos una sartén que esté fría desde el principio, la tortilla se cocinará más lentamente y se cuajará uniformemente por dentro y por fuera.
La vuelta a la tortilla se puede hacer con un plato que tenga un diámetro más grande que la sartén o con un vuelve (o vuelca) tortillas, que es un utensilio más cómodo de utilizar que un plato. Recomendamos hacer el vuelco sobre el fregadero, ya que si se nos cae la tortilla, así caerá en el fregadero, más fácil de limpiar, que si se cae sobre el fuego, donde podría formarse un verdadero estropicio al quemarse el huevo y demás.
Cuando veamos que por ambos lados tienen un tono tostado como el de la foto, ya podemos retirarla del fuego y pasarla a un plato. Puede comerse caliente o fría, acompañada de mayonesa, ketchup, etc.
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