Se trata de un crustáceo de diez patas con el cuerpo largo y estrecho y de color rosáceo, muy apreciado por su sabor. Los tres primeros pares de patas poseen pinzas, pero el primer par son las más voluminosas.
Vive en lugares hasta los 800 metros de profundidad y sólo sale al anochecer o al amanecer para alimentarse. Suele encontrarse en el norte de África, en el Mediterráneo y el Atlántico. En Galicia se pueden encontrar dos variedades: la de ría y la del Gran Sol.
Nutritivamente hablando, su carne es la que menos aporte calórico tiene de todos los mariscos. Puede adquirirse en el mercado fresca (en pescaderías y lonjas) o congelada (supermercados), y es muy habitual verla en menús navideños, también puede ser un complemento de las paellas, o simplemente cocida o a la plancha.
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